JUJUTSU KAIZEN (2020)

 


Jujutsu tiene dos problemas que se pueden despejar fácil: el primero es que pese a que las batallas son tan espectaculares estas carecen de emoción por el hecho de que los personajes y el ritmo hasta ahora son nuevos. Es de entrada un shonen en regla que se lanza por el espectáculo y la diversión, pero que se está configurando hasta ahora en esta primera temporada con una historia que puede ser planeada y épica, con altas dosis de giros o cambios, pero de la que solo tenemos una muestra, no se ve la big picture más allá de la personalidad positiva que no se deja vencer de Itadori. Por ahora lo que le interesa es sorprender con los combates, por solidificar ese universo donde nos plantamos y por hacer divertir a punta del estilacho cool moderno que se le sale por los poros. Jujutsu es muy de pimp, es muy chulo, es muy de estilo. Por eso un gran compendio de luchas es a veces estimulante por lo visual pero no por lo anímico hasta que uno conecta con los personajes en los capítulos en los que ya se ha avanzado. Ahí se entienden las razones y el espectador hace click con el combate. 

El segundo problema recae en el tedio de los personajes, en su bobada, en sus peculiaridades casi llenas de obstinación y terquedad. Si en shingeki se encontraban muchos clichés en su primera temporada que luego dejaba porque la narración empezaba a contar cosas nuevas y de una forma muy profunda, aquí jujutusu lo asume con empeño: el chiste, el grito. Los personajes femeninos son los más claros de ese cliché porque no se salen de las chicas que regañan, las sexys y las cutes, mientras que los hombres son serios o determinados, pero con humor. Todo esto en el marco de ser una primera temporada, un inicio, un cuento que no empieza como en occidente desde el principio exactamente. Un anime como este, arranca sin pena desde un punto más adelante del cero, pero seguro al final contara todo ese principio. También y esto no es solo de este, el anime sufre mucho por la normalidad y la rutina en donde uno no se imagina a los personajes en un día normal, viven realmente por el desarrollo en pantalla de la historia, incluso cuando se habla de personajes de Marvel, de Jennifer Lawrence o de Sebastián Stan, cuando se habla de un mundo moderno, de esta realidad con tik tok y mensajes de texto, es difícil ponerlos en la actualidad. Aunque sea el primero en hablarla.


También se parece muchísimo a Naruto, pero al revés. Es decir, que mientras que Sasuke era malo y casi con la misma pinta e interés de parte del villano principal, Megumi es bueno, pero serio y quiere colaborar con el protagonista. Nobara es al contrario de Sakura, orgullosa, malévola y recia, Itadori es determinado, feliz pero orgulloso y aprende como esponja. Y finalmente Gojo se parece a Kakashi en casi todos los aspectos. Naruto era igual en el principio, pero en vez de colas, dedos, con un demonio adentro y un Orochimaru andrógeno que quiere el mal que está adentro del protagonista. El otro problema final es que los villanos no se explican y cuando hablan solo lo hacen de cómo ser vencidos desde el orgullo y la falta de precaución. Como todos los shonen el gran plan del villano y sus porqués vendrán después. Por ahora es solo la típica lucha de los masillas.  

Luego vienen los pilares que sostienen todo el entramado: Nanami y el discurso en la panadería fortalece y le da carisma a la historia. El espectador puede entender por qué lo hace y que destino le traerá su lucha y sus intensiones en el futuro, ahí decide acompañarlo; resulta super interesante saber cuál es el interés de Sukuna sobre Megumi, como se desarrollaran el resto de personajes en su búsqueda y revelación del verdadero poder y de saber si hay definitivamente un enemigo en la cima que me parece lo más de seductor y llamativo para seguir viendo de los shonen. Las personalidades de los personajes también van cogiendo forma y se definen y los misterios de Salmon y semillas de mostaza, o los lios familiares de Maki también cobran relevancia. Hay muchas cosas que te mantienen en secreto sabiendo de primera que no se sabe nada, literalmente de itadori, un personaje principal que soluciona solo con su personalidad y que irá aumentando el carisma a partir de su poder y trasfondo. 

Técnica y artísticamente es una lúcida. A veces se sacan planos de combate y movimientos increíbles que sabes son superiores al resto de lo que hayas visto en otras animaciones y siendo muy claro (algunas producciones no eran claras). Se mantiene mucho el felling de acetatos antiguos, pero con colores lucidos. Las coreografías son alucinantes y es un anime que te invita a verlas de nuevo en cámara lenta o revivir el capitulo una y otra vez para descubrir cuan consistente es. Aquí hay un contraste entre aprovechar la luz natural y hacer los colores ocres de los mundos internos. Sus personajes coprotagonistas son importantes y carismáticos y son un factor determinante en la calidad de la serie, para seguir viéndola, pese a los clichés se asoma diseño y buenas ideas o por lo menos ideas fresquísimas. 

Los últimos capítulos son los mejores en esta temporada por que da un poco mas de profundidad a una trama que supera los cambios rápidos. Es difícil continuar haciendo más análisis aquí porque pesa de ahondar cosas en una introducción y por que ha querido llamar la atención teniendo esos picos tan ricos de animación y luchas. Hay otro momento de Nanami que me ha fascinado, su aceptación de su muerte, el respeto y madurez de un personaje que es inteligente y muy humano. Si jujutsu rasca más por ahí y podemos conocer detalles mas humanos y profundos, acompañado de ese nivel con una historia más allá de los combates podremos tener una jugosa nueva serie que marcara hitos. Por ahora se ha ganado nuestra confianza al futuro. 

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