LIFE (2017)
Life tiene dos problemas, el primero es que pasan muchas cosas y resultan ser tan cumplidoras de la ley de Murphy que traumatizan. Es una sucesión de enfrentamientos contra la adversidad en donde no habrá victoria, y al entenderlo se desmonta la esperanza del espectador. Una serie de eventos desafortunados con un enemigo imposible de vencer al que las ideas, las conspiraciones sin respuesta y las actitudes de los personajes borran cualquier atisbo de emoción. Para qué, si van a perder.
El segundo problema es que los únicos caracteres que interesan no se profundizan, el de Rebecca Fergurson y el de Gyllenhaal. Así que, son carne para el asador. Ademas que los personajes mas carismáticos se van acabando. Y sin embargo, con el problema del parecido a Alíen, a las ideas robadas y la falta de fuerza, Life funciona sumamente bien.
La magia, la técnica, el fuelle, la cinematografía, la música, y toda la ejecución tras las cámaras y delante de ellas es realmente notable dando un poco de rabia el no haber conseguido esa extraña combinación de defectos que al final resultan magistrales. Es una idea repetida y excesivamente trágica, donde la realidad se roza en el limite, donde se puede decir que nadie es tan de malas en la vida. Pero al fin y al cabo la puesta en escena del bicho, la credibilidad del escenario y la argumentación científica que va por lo seguro, crean un marco de tensión que otras películas carecen. A todas estas, ¿por que ese final tan mal justificado?
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