STAR WARS REBELS

La primera temporada de la serie brindo un tono, del universo rebelde de la saga, una profundidad en sus nuevos personajes y un deseo muy fresco de alimentar el mundo que no vemos de Star Wars por fuera de la familia Skywalker, pero todo, esta vez, dentro del canon que dice que historias son realmente oficiales o que historias están aisladas y pueden ponerse en tela de juicio. 

La segunda temporada vino con la idea de hacer conexiones emocionales con lo visto en el pasado. La serie no solo se conectó con las precuelas de George Lucas por el toque computacional, sino que hizo además, un arco con Yoda, Maul, Darth Vader y el pasado más lejano que hayamos visto los fans en la historia. Para lograrlo utilizo a Ashoka Tano que todavía vivía en ambos universos (Rebels y Clone Wars) para convirtirla, en tal vez, el mejor personaje de lo que hayamos visto por fuera de las películas dentro del mejor tramo de historia de cualquier medio (libros, cómics, video juegos y series) en la saga: el espectacular capítulo 22 de esa segunda temporada. 

La tercera y más reciente temporada es a mi juicio muy parecida a la primera, pero por la necesidad de más capítulos, un poco más dilatada. Con una identidad propia merecida y los problemas del pasado solucionados, se arriesga a hablar por sí misma y aporta nuevas ideas, nuevos personajes, nuevos conflictos originales y nuevas historias en esta guerra entre estrellas. 

Pasan muchas cosas, hay más sucesos oficiales, pero algunos importan y otros no tanto. El general Thrawn hace gala de villano principal y se estrella ante su inteligencia con la mística y lo sobrenatural. Lo que más llama la atención es el drama y la magia de las nuevas, pero ligeramente conservadoras, ideas que mueven la serie. Algunos conflictos que impactan y otros que tienen que ser cuidadosos de no modificar nada de las películas, por lo que esa delicadeza le quita mucha fuerza.

Precisamente sus problemas radican en sus tres lados: hacer capítulos de relleno al mejor estilo de un cartoon americano, complementar la historia de todo el universo a su alrededor solo por hacer fan service y hablar de sí misma con altos muy altos. Ese sube y baja, o irregularidad le da unos capítulos aburridos e infantiles, de esos en los que se llega a decir que los fanáticos muy fanáticos que consumen todo, podrían llegar a disfrutar solo para llenar la línea historiaca, pero que no aportan nada, incluyendo una animación de muy baja calidad.

Sus virtudes por el contrario son cuando se evidencia el tiempo de planificación y escritura del guion. Con tiempo y una verdadera historia por contar Dave Filoni y su equipo (tal vez el tercer al mando más importante de la saga) hacen capítulos, bien animados, sinceros, con diálogos filosóficos, crípticos, humanos, morales, espirituales. Algunas veces hay tensión altísima por el ritmo de la acción, los antagonistas se desmarcan, las peleas se entienden y son valiosas y los héroes como Kanan o Hera sobresalen. Se entiende la dimensión de la muerte de algunos personajes y la flota rebelde llega a ser mejor mostrada que en las películas. También es emocionante el mito, la arqueología y algunas veces la animación que consigue postales alucinantes.

La serie tiene una tendencia marcada por empezar los capítulos de la peor forma y de terminarlos en lo mejor y más estimulante de la semana. Sin embargo, su ultimo error es no saber cómo hacer bien a su protagonista, porque siempre parece ser, más un personaje genérico que lleva por encargo la historia, que el Jedi principal.

Los últimos tres episodios de esta tercera temporada que termina se destacan sobre el resto también conectando correctamente con el pasado y determina la justa importancia de una historia que ya no tiene tanto color de spin off sino de un tono bien oscuro en la narración de los rebeldes que llevaron a la destrucción del imperio. Buenos giros han ocurrido en esta historia, y esperemos que en su cuarta y oficialmente, última temporada se llegue a cotas dramáticas regularmente, a definir bien a su héroe y a concluir otras historias, en una saga que vive de la nostalgia por fin, bien entendida.