LADY BIRD (2017)


La sutil perfección en la plena identificación sentimental del 2002. La emoción de una época en un territorio donde hay una juventud que observa lo que pasa alrededor, mientras que en su área no pasa nada, o cree que no pasa nada. El inicio una guerra cínica y el inicio de una época de computadores e internet. El fin de una era musical con sus colores y perspectivas ambiciosas y una bien entendida ingenuidad.

Es un retrato evocador en la que me siento completamente identificado, representado, una creencia de una juventud que cree saberselas todas, que aprende a escuchar a sus padres que también han sufrido el cambio de la madurez  más temprano que nosotros y han sufrido para que nosotros no lo sintamos tan temprano como ellos. 

Todo evoca a Greta Gerwig, todo evoca a honestidad y sencillez. Es un retrato tan honesto y liberador que nos desnuda y nos hace sentir bien. Un retrato de vidas normales que lidian con el pesimismo, el positivismo soñador, la depresión y la aceptación. Los estratos medios, la comunicación. Es una capsula de tiempo que nadie ha hecho con mas importancia de esos años. Por eso es que Lady Bird merece todas las atenciones: porque es un retrato social, un retrato juvenil y sobre todo, por que es un retrato maternal.

Es una película que empieza en el momento justo, que se narra con lo justo, que se termina con lo justo, que se edita en lo justo y aun así cuando se acaba se sufre por que se quiere más, se quiere más de esos pequeños e importantes sufrimientos de esa niña en la que vive Saoirse Ronan por unas cuantas escenas. Todo el elenco vive su personaje, sabe que se sentía en esos años y como se hablaba. Los emos, Justin Timberlake, posters, el nu metal, el acne. Yo me acuerdo de todo.

Pero me acuerdo de la aceptación total de mi padre y me acuerdo aún más de que mi madre me ama tanto que por eso es la que me dice la verdad por mas dolorosa que sea con una palabra dulce de por medio y por eso la madre de Christine dice lo que dice cuando escucha evolucionar de forma errática a su hija. No es el para qué de lo que se cuenta, ni la grandilocuencia de los eventos, es que Gerwig y su equipo saben hacer el cómo. Saben ser honestos y saben exponer su honestidad. Saben tener ese talento para el humor y para la libertad. A Lady Bird la conozco, Lady Bird es una de mis amigas de universidad, así tal cual. 

Tal vez la mejor película del año. Al menos la más honesta. 

Comentarios

Entradas populares