WIND RIVER (2017)

Imagino que nuestra confianza en que el genero del western no muera con el paso del tiempo recae ahora directamente en Taylor Sheridan, quien escribió la obra maestra Hell or High Water de 2016. La razón es por que precisamente mantiene con una fuerza descomunal la idea de un oeste con un área desolada de los Estados Unidos pero en un escenario moderno y actual. Un escenario violento que todavía mantiene el misticismo del que sobrevive a punta de armas como el más fuerte.  

Es un película maravillosa, por que la profundidad del dolor de la perdida de sus protagonistas y del dolor generado por el enfrentamiento de esas radicalizaciones con los antagonistas son entendidas por medio de las brillantes actuaciones y el tono de la narración. También de la confrontación del territorio que vive como otro de los actores principales. Sobrevivir y averiguar un crimen atroz, en una desierto blanco. Hay matices en esta resolución por hallar al culpable del crimen, hay critica al abandono del estado, la modernidad desde esos territorios abandonados y una critica al maltrato de las culturas indígenas sobrevivientes en occidente.

Pero sobretodo, está el tacto y la presentación profunda, vibrante y deprimente de este capitulo de vida de esos personajes. Está la emoción para con los villanos, la idea de justicia, la fuerza de la sobrevivencia de sus protagonistas. Una fotografía preciosa en un drama violento que trata con mística a las victimas, que sabe narrar sus conflictos y que le da un tono heroico merecido a sus protagonistas a punta de la estructura y del ritmo. La otra virtud es la inmersiva realidad de este sitio exótico y la rotunda idea de Badass del personaje de Jeremy Renner que brinda su mejor actuación hasta ahora. Otra de las mejores películas del año.