THE IRISHMAN (2019)

Es necesario despejarlo de una vez: hay una historia durante toda la película que va avanzando por abajo y que solo le hace falta una confrontación, es decir una conversación sentimental que no haga sentir la actuación de Anna Paquin limitada, cortada. Un cierre más claro de esa subtrama, un impacto más emotivo y demoledor como castigo, para que esto sea sin dudarlo una clásico del cine y un claro ejemplo de por qué Scorcese es Scorcese. Porque es un director que maneja con soberbia, los diálogos, las escenas, las personalidades pero que en este caso no trasciende en lo emocional debido a la frialdad del personaje de DeNiro, teniendo a sus hijas para demostrarlo. Hay otra escena con otra de sus hijas que casi lo logra, pero se detiene en seco por alguna razón que imagino está conectada con su duración. La única pega es esa, The Irishman no logra emocionar tanto con sus muertos, sus maldades, sus castigos, su mensaje.

Por lo demás, es única porque es una historia de viejos, de vejez, de envejecimiento. Literalmente sabe el diablo por viejo que por diablo, hablamos del envejecimiento de monstruos y demonios, hablamos de que la muerte trae más muerte, hablamos de la injusticia, de la corrupción y de la obstinación por el mal en un excelente manejo de las actuaciones y su juego. Hay muchas mesas y muchos diálogos en ellas.

En lo actoral, hay cosas como el maquillaje a DeNiro que sufre mucho por parecer más joven de lo que es y que realza ese esfuerzo. Un Pacino soberbio que ha aceptado su vejez y más que todo un brutal, digno, simple, frio y viejo Joe Pesci que se roba toda la atención. Me parece increíble el encanto que posee un ser tan deleznable, la presencia tan tranquila y hasta espiritual de algo tan maligno. Posiblemente una de las mejores actuaciones de este año.

Ahí en ese duelo de actuaciones entre todos, en los intrincados juegos de edición y saltos temporales y la orquestación de esta vejez se mantiene sin problema una película que no pesa nada de ver pese a sus tres horas y media. La cinematografía, las pausas, el juego. Un gran regalo.

★★★★1/2