ROCKETMAN (2019)




ROCKETMAN no me parece un musical sino una idea de lo que debe serlo: quiere contar demasiado y planea hacerlo desde el principio, pero luego se da cuenta que no tiene suficiente tiempo y corta con una que otra trampa narrativa lo que iba a decir. Un tramo por ejemplo cuenta sobre su matrimonio y al siguiente se está separando de forma ridícula. Avanza rápido, el espectador se pierde porque está disfrutando del juego de luces, de las canciones, de identificar en qué época estamos, pero lo del problema paternal está ahí medio puesto, lo de su ninfomania también y su adicción es tal vez  lo único que aterriza, pero lo hace con frialdad sin ningún contenido incluyendo una actuación a veces bien, a veces demasiado sobrellevada de Taron Egerton, que hace todo, de verdad de todo, para mostrar que sabe actuar.

Su mayor problema no es de guion ni de dirección, que tiende a ponerle demasiado de vídeo musical a una película, sino de la estructura, de su planificación. Los biopics quieren contar demasiado y este deja por fuera un elemento fundamental, alguna moraleja, no quiere contar un evento significativo sino todos los eventos significativos, lo que no permite dibujar de una forma más pausada o precisa a los personajes. Jamie Bell es mejor actor, por ejemplo, es más sutil y su energía rescata una película que se esfuerza demasiado por ser poco natural, por ser un show rimbombante. Una secuencia de escenas no significa una película.


★★1/2

Comentarios

Entradas populares